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Después de haber reparado con éxito el mecanismo en la parroquia local, ahora los llaman de otras localidades. En este momento, los esfuerzos están puestos en San Jorge

Los Amigos del Reloj, esos cinco locos lindos de Sastre que se cargaron a los hombros la tarea de reparar el artefacto que da la hora en la iglesia local, no solamente cumplieron su cometido y recibieron el reconocimiento de la feligresía y la comunidad. Ahora van por más. Si todo marcha favorablemente, encararían la hazaña de hacer lo propio con el reloj de la parroquia de San Jorge, con un pequeño detalle: el aparato ya no está más en el campanario de la torre, sino que, creyéndolo obsoleto e irrecuperable, hace aproximadamente 20 años lo desmontaron y lo bajaron. Ahora está al nivel del suelo, expuesto como una pieza de museo.

Pero para el grupo Los Amigos del Reloj, aparentemente, nada es imposible. Aunque el trabajo requiere de recursos y logística, podrían llevarlo a Sastre y arreglarlo ahí, para que luego se le dé un destino apropiado.

El reconocimiento obtenido por los cinco sastrenses no termina ahí. Fueron convocados de lugares tan distantes como Santa Clara de Saguier y, de manera más informal, de la misma Arroyo Seco (a 242 kilómetros de Sastre, por ruta). Ya saben que algunas cosas no las podrán cumplir porque todo se complica con las distancias, así que se han puesto a disposición para asesorar en lo que sea necesario. Pero el “Proyecto San Jorge” todavía parece posible.