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Su contagio se conoció por la diferencia en los resultados de los hisopados. La situación indignó al sistema de Salud que tiene a su cargo el seguimiento de los casos

La intendenta de Sastre, María del Carmen Amero, contrajo Covid-19 y deliberadamente evitó notificar la situación al Samco de la ciudad, organismo que debía controlar su estado de salud, evaluar quiénes fueron sus contactos estrechos y disponer los hisopados correspondientes para evitar propagar la enfermedad, causante de la pandemia mundial declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en marzo de 2020. Más allá de la gravedad del caso y de la violación a las obligaciones funcionales y al procedimiento establecido en los protocolos de Salud, la conducta de Amero generó profundo malestar en los sectores vinculados al sistema sanitario regional y provincial, desde donde se remarcó que lo reprochable es que quien debe obrar con el ejemplo y tiene la máxima responsabilidad de velar por la salud de la población de una ciudad, hizo todo lo contrario.

Según información que relevó este diario a través de diversas fuentes, la intendenta fue hisopada por un bioquímico particular que ocupó una banca en el Concejo de la ciudad postulado por el mismo partido político de Amero, la Unión Cívica Radical. También fue asistida por su médico personal, un histórico militante de las filas del partido de Alem y por una médica que actualmente ocupa una banca por la misma facción en el Concejo de una ciudad vecina.

Lo llamativo del caso es que entre los informantes que aportaron los datos para nutrir esta noticia hay funcionarios y autoridades que, a pesar de advertir la gravedad del asunto, no se animan a asumir las consecuencias de ventilar lo sucedido por temor a represalias o gestiones políticas que puedan llegar a comprometer incluso sus puestos de trabajo.

En ese rumbo, y aunque no habló de identidades, el coordinador de la Subregión de Salud San Martín, Diego Brigalia, confirmó a este diario que el Ministerio está sobre el tema desde que el 15 de junio se advirtió una diferencia en el registro de hisopados enviados a Santa Fe. Se despacharon desde Sastre 10 estudios y llegaron 12 resultados. Cuando revisaron a quién pertenecían descubrieron que se trataba de la intendenta y de una mujer de su familia de avanzada edad.

“Esto es una cuestión de salud pública en un contexto de pandemia internacional. Nadie puede estar ocultando su condición de enfermo y mucho menos si se trata de una autoridad que tiene la responsabilidad máxima de velar por la salud de la población”, remarcaron desde el Ministerio de Salud.

Según las consultas de La Capital, fue la secretaria privada de Amero la encargada de dar las explicaciones en el municipio sobre la ausencia de su jefa: “No viene a trabajar porque su mamá se cayó, tuvo un accidente y debe quedar a su cuidado”. Esta versión fue confirmada por el integrante del bloque oficialista del Concejo, Oscar Cagliero, quien también escuchó ese pretexto al preguntar por la máxima autoridad en el municipio. “Si fue así es muy grave”, observó Cagliero y aclaró que solicitará más información sobre el asunto y señaló que “la intendenta realizó actividades laborales desde su domicilio”.

“Siempre fue muy reservada y por eso no tengo más precisiones. Pero su estado de salud es bueno”, confió el edil.

Las afirmaciones del personal ligado al área de Salud reconstruyen que ante la aparición de los síntomas Amero recurrió a un médico de su confianza y éste lo derivó a un bioquímico privado para establecer si se había contagiado de Covid-19. Luego habría sufrido complicaciones que la llevaron a requerir los servicios de una clínica privada de una ciudad vecina que trasladó un equipo radiográfico portátil para hacer una placa y evaluar su estado pulmonar. Luego, permaneció bajo aislamiento en su domicilio, avisó al 0800 del sistema provincial, pasando por encima del sistema de salud local, por lo que no se pudieron tomar las previsiones establecidas con las personas que mantuvieron contacto estrecho en las horas anteriores a la aparición de los síntomas.

“Sabemos de vecinos que tuvieron un comportamiento similar y es repudiable pero no podemos hacer demasiado. Hubo incluso personas que estando enfermas circularon por las calles. Pero lo inexplicable es que quien se comportó de ese modo fue la intendenta que tiene que ayudar a que se cumplan los protocolos, hacer lo posible por asistir a los enfermos y evitar por todos los medios a su alcance que se propague la enfermedad. Si viviera, aunque sea unos minutos, lo que debe experimentar un agente de salud seguramente tendría otra actitud”, reprocharon desde el sistema de Salud.

“Ahora sentimos que nos está tomando el pelo. Que se nos ríe en la cara. Total, los que lidiamos con la salud de los enfermos y lloramos desconsoladamente a cada muerto somos nosotros”, disparó una enfermera profundamente abrumada ante la noticia del comportamiento de la máxima autoridad de la ciudad.

Además de la responsabilidad de la intendenta acá juega la competencia del profesional bioquímico privado que realizó el análisis y tiene la obligación de avisar al sistema de Salud local, al igual que los médicos que le hicieron el seguimiento sobre su estado y evolución.

“Estamos ante una cadena de irresponsabilidades que atentan directamente contra la salud pública. A nadie le importa nada y mucho menos el estado del personal sanitario que, desde que comenzó la pandemia está trabajando sin descanso y sufriendo las consecuencias de ver morir a la gente”, señalaron desde el ámbito del sistema sanitario.

Desde la oposición fue Sergio Balbi (PJ) quien se pronunció en consonancia con Cagliero y aseguró que está a la espera de más certezas sobre lo ocurrido. “En caso de ser necesario solicitaré un pedido de informe para saber qué ocurrió y luego actuaremos en consecuencia”, afirmó a este diario.

Ante la consulta, el presidente del Concejo, Leandro Baravalle (PRO), solo se limitó a afirmar “no puedo dar una opinión al respecto porque no cuento con información precisa”.