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La crisis habitacional empuja a vecinos a buscar terrenos En la primera ciudad los vecinos fueron tres veces al mismo lugar, donde funcionaba el vivero municipal

El drama de las usurpaciones, asentuado por la crisis habitacional, la pérdida de los trabajos o del poder adquisitivo, hizo eclosión en el cordón industrial, más específicamente en las ciudades de Capitán Bermúdez y San Lorenzo, donde entre este lunes y martes se registraron sendos intentos de ocupación de terrenos. Familias enteras, la mayoría con niños, quisieron levantar sus viviendas en tierras desocupadas.

En el caso de Bermúdez, las incursiones se sucedieron en distintas ocasiones, dos veces durante este lunes y otra la mañana del martes, todas en el mismo sitio: el predio ubicado en calles Independencia y Balcarce.

Allí llegó el lunes por la mañana personal policial y constató que entre 40 y 50 personas estaban delimitando con cordones el lugar. Daiana Soledad E., convertida en vocera del grupo, dijo que por la carencia de viviendas decidieron ocupar los terrenos, que “no tienen dueño”. De hecho, se trata del lugar donde funcionara el vivero municipal.

Al respecto, el intendente local, Daniel Cinalli, afirmó a La Capital que el terreno, donde efectivamente funcionó el vivero, fue cedido a la provincia por el municipio para la construcción de una escuela para el barrio. “Por eso tratamos de preservarlos de cualquier tipo de ocupación. El municipio le da prioridad a la esa escuela, que es un anhelo de hace 35 o 40 años”, dijo.

Los vecinos dijeron que la Municipalidad los había autorizado a ocuparlo, algo que comenzaron a hacer el domingo. Las autoridades locales, claro está, aseguran que las conversaciones fueron en otros términos. Lo cierto es que, ante el pedido de la policía de que aportaran documentación que avalara sus dichos, decidieron retirarse.

Los habitantes, en su mayoría del populoso barrio Copello, dijeron que Cinalli les había pedido que hicieran un relevamiento de las familias y sus necesidades, y un relevamiento del terreno, y que por eso estaban en el lugar.

El mismo Cinalli recordó el encuentro que mantuvo con los habitantes. “Nos enteramos el domingo que había un intento de usurpación de los terrenos del vivero, que el municipio cedió a la provincia para la construcción de la escuela para el barrio. Por supuesto dimos aviso a la policía. El lunes me encontré con una delegación de esta gente. Los atendí, pero les solicité saber con quiénes estaba hablando, cuáles son sus necesidades, dónde viven, cómo están constituidos los grupos familiares, y que a partir de allí me hicieran un informe de ellos mismos”. No mencionó el tema de los terrenos, algo que, por lo que él mismo resaltó, no está en los planes municipales.

El caso llegó a la Fiscalía de San Lorenzo, que en principio determinó que no había delito frente a la voluntad de los vecinos de retirarse pacíficamente ante la llegada de la policía, indicaron fuentes de la Comisaría Segunda de Bermúdez. No obstante, y como había gente que aún permanecía en el lugar, se dispuso un control policial permanente para “desalentar cualquier comisión ilícita”, citaron las mismas fuentes.

La cosa no terminó ahí. En el anochecer del lunes, se constató en el mismo lugar que algunas personas estaban quemando ramas secas, aunque se retiraron rápidamente del lugar. También lo hicieron quienes estaban fuera del predio, unos 40 habitantes. Desde el Ministerio Público de la Acusación, la fiscal Natalia Benvenuto ordenó entonces que se le realice una ronda esporádica cada 60 minutos.

Todo parecía haberse calmado. Pero este martes, pasadas las 10, nuevamente unas 20 mujeres, todas acompañada por un grupo numeroso de niños, volvieron para levantar una carpa. La policía apareció de nuevo y les dijo que no lo hicieran. Las mujeres acataron la orden de quitar la carpa, pero no la de retirarse. Dijeron que se habían reunido con el intendente en el transcurso de la misma mañana, donde les había propuesto, como solución momentánea, ayudarles con los alquileres durante un plazo de seis meses, pero que no lo aceptaron.

Los vecinos aseguran que son changarines que alquilan en Copello, que los alquileres no les dejan margen para comprar comida. Dicen que el vivero no funciona desde hace más de cinco años, y que no quieren esperar a que esos terrenos sean ocupados por otras familias. Afirman que trabajan y que quieren pagar los terrenos, pero para tener definitivamente una vivienda propia.

Textualmente, la misma Daiana, quien se convirtió en voz cantante del grupo, le dijo al diario digital Síntesis, de San Lorenzo: «Nosotros no queremos ladrillos ni chapas, somos gente que alquila, que trabaja, pero no nos queda nada para comer. Queremos pagar estos terrenos pero para que las casas queden para nosotros. Que nos dejen hacer nuestras casas”.

Al respecto, Cinalli remarcó que “la idea es poder darles una mano para poder solucionar los problemas dentro de las posibilidades del municipio. Por lo que sé, se trata de gente buena, y sabemos que hay necesidades. Las chicas que me vinieron a ver dicen que son 20 familias, muchas de ellas parientes entre sí”. Pero aclaró: “Lo que no tenemos son terrenos municipales disponibles para ofrecer, ni planes de vivienda. Somos solidarios y queremos ayudar a estas familias a capear la situación difícil que están pasando, siempre dentro de las posibilidades municipales”.

La fiscal Benvenuto ordenó convocar a la Agencia de Investigación Criminal para que filme el lugar, se identifique a los protagonistas y se eleve un informe a la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia, así como al Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, y que “se ponga en conocimiento de lo acontecido a la superioridad por tratarse de un hecho en flagrancia”.