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La sentencia fue dispuesta por el juez Carlos Pareto en un juicio oral que culminó este miércoles tras dos años y medio del hecho. El condenado seguirá en libertad hasta que el fallo quede firme.

Un joven que hace dos años y medio golpeó brutalmente a un hombre cuando salía de un boliche bailable de Casilda, y le provocó serias lesiones que derivaron en graves daños neurológicos, fue condenado a cuatro años de prisión efectiva.

Así lo dispuso el juez Carlos Pareto en el marco de un juicio oral y público desarrollado en los tribunales provinciales de esta ciudad cabecera del departamento Caseros y que culminó este miércoles.

Ramiro Alanis, de 28 años, fue hallado penalmente responsable del delito de lesiones gravísimas dolosas en carácter de autor aunque seguirá libre hasta que el fallo quede firme.

En el debate fue clave el testimonio brindado por profesionales médicos y el aporte de informes que acreditan las lesiones sufridas y el estado de salud actual de la víctima, quien quedó con severas secuelas que le impiden llevar adelante una vida normal como que la tenía antes de ser ferozmente agredido.

La investigación fue llevada adelante por la fiscal titular del Ministerio Público de la Acusación de Casilda, Marianela Luna, quien se mostró conforme con el veridicto cuyos fundamentos serán dados a conocer en los próximos días.

Aunque la funcionaria del MPA había solicitado una pena de cinco años, calificó de “ejemplar” la sentencia al tiempo que destacó los argumentos que esgrimió durante el juicio para que el magistrado disponga una pena de cumplimento efectivo contra el acusado que no tenía antecedentes condenatorios.

Esa situación podría haberlo favorecido con la imposición de una condena de ejecución condicional, como pretendía al defensa, pero no fue el caso.

Lo resuelto también fue resaltado por el abogado querellante Sebastián Romaldi al sostener que “seguramente sentará un antecendente importante para (juzgar) hechos de violencia similares con consecuencias lamentables como lo producidas en este episodio y a la vez para generar conciencia en la sociedad”.

El letrado dijo estar “muy conforme ya es lo que pedimos en cuanto a la pena de cumplimento efectiva como a la calificación legal que, corroboración mediante, pudimos cambiar de lesiones graves a gravísimas y dolosas”. Y sobre el estado de libertad del condenado, Romadi explicó que “si bien se mantiene su situación procesal, ello no quita que pueda pedirse alguna cautelar para que quede detenido hasta tanto se resuelva el recurso (de apelación) que estimamos presentará la defensa”.

En tal sentido, manifestó su convencimiento en que el fallo, de ser apelado como todo indica, sea ratificado en segunda instancia ya que “hay elementos suficientes y fundados para que eso ocurra”, dijo.

Familiares de la víctima, identificado como Alejandro A., quien tiene 53 años, expresaron su satisfacción tras conocerse la sentencia. Su hija Valentina al ser consultada al respecto por La Capital no alcanzó a pronunciar palabra al estar emocionada hasta lágrimas, pero su sentimiento lo dijo todo.

No menos conmovida se mostró la madre de la joven y ex esposa del hombre agredido. Estela, así se llama, sostuvo que “si bien cuatro años de condena no nos devolverá lo que pasamos y todavía seguimos pasando estamos contentas porque (lo resuelto demuestra) que hay justicia para que lo sucedido no quede en la nada».

Sobre el condenado, quien se mostró inmutable al escuchar el fallo, dijo que “es inexplicable que nunca haya dicho absolutamente nada ni acercarse para pedir perdón, una palabra que se ve que no existe para él”.

En cuanto a la salud de Alejandro, Estela explicó que “quedó con una discapacidad del 70 por ciento y sus daños neurológicos son irreversibles según lo determinó una junta médica, razón por lo cual no puede trabajar y como todavía no se jubiló no tiene ningún ingreso. Es muy triste lo que pasó”.

El hecho se produjo el 9 de febrero de 2019 alrededor de las 6 afuera de la discoteca Karmelo, ubicada sobre ruta 33, dentro del casco urbano casildenses.

Al salir del local, la víctima fue sorprendida de un puñetazo y al intentar reaccionar recibió una trompada en el rostro que lo desplomó con tanta fuerzas que al caer golpeó su cabeza contra el piso, donde quedó tendido hasta ser trasladado al Hospital San Carlos, y luego derivado a un centro de salud de Rosario donde estuvo internado un largo tiempo.

Tras el incidente, el agresor se retiró del lugar en una moto, pero ante las graves consecuencias de su accionar, optó por presentarse espontáneamente con su padre a la policía.