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Afectan las lluvias propias y los excedentes hídricos que bajan de Chaco y Santiago del Estero. Para los productores, «un año perdido».

Los campos del norte de la provincia están bajo agua desde mediados de diciembre del año pasado. El mal clima es una amenaza constante para los productores de la zona, pero la mayor preocupación es el excedente hídrico que drena en territorio provincial desde Santiago del Estero y Chaco, donde la semana pasada llegaron a registrarse precipitaciones de hasta 300 milímetros. Los productores santafesinos ya hablan de «un año perdido» con daños «incalculables».

Gabriela Menna lo cuenta en primera persona. Productora rural en Villa Minetti (departamento 9 de Julio), nació en el campo y en sus 37 años no recuerda una inundación como ésta, «con tantos meses de agua en los campos. Esto no duraba más de un mes, y ahora hace cinco meses que estamos así».

Sus 300 hectáreas de producción ganadera y agrícola, ubicadas a 16 kilómetro del pueblo, hoy están con unos «30 centímetros de agua». Desde noviembre del año pasado, cuando levantaron la cosecha de maíz, no pudieron volver a sembrar. Y al ganado en las últimas horas lo tuvieron que trasladar o vender, para no perder todo.

«Uno trata de conservar las vacas madres para que no se mueran empantanadas y deshacernos de los animales más chicos. Buscamos salvar lo que se puede, porque está complicado el asunto y viene mucha más agua desde Santiago del Estero», relató la productora que compartió un revelador video en redes sociales.

Los departamentos más afectados son 9 de Julio y Vera, donde estiman que el 60 y el 80 del territorio, respectivamente, se encuentra con agua. Es que por estas zonas de los Bajos Submeridionales escurren naturalmente los excedentes de lluvias de la región y de las provincias limítrofes hacia el río Salado y hacia la cuenca de Paraná. El panorama no es alentador: las lluvias en la provincia y las del Chaco, donde se registraron más de 300 milímetros, complican la situación.

Año perdido

Para el presidente de la Sociedad Rural de Vera, Mario Saliva, este ya es un «año perdido», con daños «incalculables. Esto es sumamente grave», advirtió el también vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe. Y recordó que su zona ya pasó «varias inundaciones», pero a esta la compara con la del «Niño» de 1998 que dejó graves consecuencias negativas en esa región productiva. «En el departamento Vera se dieron niveles muy altos de agua, que hoy también se están alcanzando. Fue una catástrofe con grandes pérdidas», sostuvo.

En este sentido, Saliva insistió con que hay «centenares de miles de hectáreas que hoy están bajo agua; con el agravante que va a llegar más desde Chaco». Y manifestó su preocupación por los caminos troncales que podrían dejar incomunicadas a varias localidades rurales. «Desde diciembre tenemos caminos intransitables, pero las ruta 3 y 40, que son muy importantes, hoy presentan amenazas de corte en puntos estratégicos», explicó.