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En los dos espacios de Villa Gobernador Gálvez, que dependen del Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe, hubo juegos, armado de vinchas y pulseras con los colores de la bandera Wiphala, espacios para pintar y disfrazarse y danzas de carnaval con el ballet Sipan.

El Gobierno de la provincia, a través del Ministerio de Cultura, celebró el fin de semana los carnavales en los aleros Nahuel Huapi y La Esperanza de Villa Gobernador Gálvez; con juegos, música y baile para chicos y grandes.

Los Aleros son espacios comunitarios de convivencia, libertad y aprendizaje. En ellos se dictan distintos talleres para niños, jóvenes y adultos. Son, además, lugares para que vecinos y vecinas de todas las edades se acerquen y tomen el espacio como lugar de encuentro, de diálogo y de convivencia.

Los Aleros Nahuel Huapi y La Esperanza celebraron el pasado fin de semana los carnavales con juegos, música y baile para toda la familia. El viernes 28 y sábado 29 de febrero, los espacios fueron preparados para que sean escenario de actividades especiales para celebrar esa festividad.

En ese sentido, la directora de Programas Socioculturales del Ministerio de Cultura, Carla Saccani, manifestó: “Propusimos construir la bandera Wiphala con texturas y colores y que cada cuadrado de esa bandera fuera una oportunidad para que cada chica y chico se expresara con total libertad”.

“El concepto en este carnaval tenía que ver con pensar en el carnaval y en los pueblos originarios. Partimos de darle otra perspectiva a la celebración, y esto tuvo que ver con los pueblos originarios y de cómo los pueblos originarios abrazan el carnaval”, sostuvo.

Asimismo, Saccani indicó: “Los aleros La Esperanza y El Alero Nahuel Huapi son espacios lúdico pedagógicos, con asistencia de chicas y chicos, por lo cual buscamos algo que acerque la cuestión de la bandera Whipala a las infancias. Trabajamos la idea de construir Whipalas con texturas, con los colores que corresponden, y en su orden, pero cada cuadrado daba la posibilidad de que cada uno se expresara con las texturas que encontraba dentro de ese mismo color”.

El viernes, cuando el Alero Nahuel Huapi, ubicado en el barrio Coronel Dorrego, abrió sus puertas, chicos y chicas se acercaron rápidamente para comenzar a armar vinchas con los colores de la bandera Wiphala y pintar dibujos junto a los coordinadores del espacio.

Otros se probaban ropas, se sacaban fotos y selfies, mientras reían al ver el resultado de sus picardías. Mientras tanto, en el patio, los más pequeños competían para ver quién hacía la mayor cantidad o las más grandes burbujas, usando unos burbujeros gigantes. Más tarde, los actores principales de ese espacio fueron adolescentes que, con algo de timidez, se fueron acercando para luego tomar un gran protagonismo en los juegos.

Pasadas las 19, integrantes del ballet Sipan –grupo de danzas folclóricas integrado por jóvenes de distintos barrios–, bailaron danzas típicas relacionadas con el carnaval. Vestidos con trajes típicos del altiplano, asombraron a grandes y chicos tanto por sus ropas como por sus destrezas y movimientos.

«Mamá, mamá, mirá las caras de esos que bailan, son todas iguales!», gritó un niño de 8 años a su madre, señalando a los bailarines, que tenían sus caras cubiertas con caretas idénticas.

«La verdad es que me sorprendió mucho la propuesta y la destreza de los que bailaban, fue algo muy lindo de ver», remarcó Beatriz, una vecina del barrio que estaba junto a dos de sus hijos y tres amiguitos.